He pasado por cada uno de tus miedos,
me he detenido a mirarlos,
a empujarlos hacia hambrientos precipicios,
a transformarlos en rehenes de tu felicidad.
He estado dentro de ti,
cada vez que respiras,
cada vez que me convierto en aire
y llego a tus pulmones.
Me he colado por cada resquicio de tu cuerpo,
fluido por tu sangre,
sentido tu calor al acercarme a ti.
Te he sentido a ti, mi amor.
Y he vuelto a salir por tu boca,
cuando rozas mi lengua con la tuya,
cuando me convierto en náufrago
del mar profundo de tu garganta.
Porque confesaré y te diré
que he perdido la noción del espacio,
que tras estar dentro de ti,
ya no sé si existe nada fuera.
Que las mañanas no tienen sabor
si no desayuno en tu pecho,
con mis labios en tus pestañas
y mis dedos entre tus piernas.
Bon voyage!
Cruce de miradas
Has estado en una pelea de leones, que no hayas ganado no significa que no sepas rugir
viernes, 9 de octubre de 2015
viernes, 26 de diciembre de 2014
Pasados presentes
Acércate,
cierra los ojos
y acuérdate de aquella vez.
De cuando caíamos por el precipio,
y no nos importaba,
realmente no nos importaba nada.
Y sentíamos el aire acariciándonos,
el miedo acechándonos
y la muerte tras nuestras espaldas.
Y nos seguía sin importar,
porque mientras moríamos,
notábamos algo latir en nuestro
interior.
Porque ahora tengo más miedo
que cuando el terror me observaba
a través de tus ojos.
Y es el aire que sale de tu boca
mientras pronuncias esas palabras,
el que me ahoga poco a poco.
Es ese instante en el que la vela se
apaga,
y todo se esfuma,
tus deseos y los míos
se gritan a los cuatro vientos
para que el destino los ignore.
E intentar volver atrás,
y retrasar todos los relojes
hasta el comienzo de ese cumpleaños,
ya no surte efecto.
Dejar sordo al mundo con mis gritos,
con tus aullidos al anochecer,
y oler tu pelo antes de cerrar los ojos
para inspirarme en cada verso,
ya no me recrea en tu locura.
Es ese momento en el que todo se acaba,
en el que la sentencia es firme
y no cabe recurso alguno.
Puede que no lo entiendas,
yo a veces tampoco soy capaz.
Bon voyage!
sábado, 20 de septiembre de 2014
Trenes sin rumbo
Como la culpabilidad mirándote a los
ojos,
como los sueños estrellándose contra
el suelo,
como el poeta que ha perdido su musa,
así te encontré en aquella estación.
Y me mirabas sin verme,
con tus pupilas sin dueño,
vacías de luz,
y tus manos rotas.
Mientras yo,
deteniendo ese instante,
engulléndote con mi mirada,
apagaba todos los relojes.
Esa tarde se borraron mis recuerdos,
tu imagen ya había arrasado con todo,
con cada insignificancia que cubría mi
mente,
con mi pasado y mi futuro.
Y a partir de entonces,
me convertí en un autómata
que respiraba por inercia
y andaba sin rumbo en busca de tu
sonrisa.
Llenar tu mirada,
y soldar tus manos a las mías
para arreglarlas -para arreglarte-
se convirtió en mi único objetivo.
Desde aquel momento,
recorro cada esquina
para dibujar tus curvas,
para recordarme que entra aire a través
de mis pulmones.
Porque desde que nuestros trenes se
cruzaron,
duermo en cada andén de esa estación
sin vida.
Bon voyage!
lunes, 5 de mayo de 2014
Volar sin alas
Y le rozó los labios en medio de ese
instante mágico. Ya no había excusas, no había palabras, no había
absolutamente nada. Estaba al borde de ese abismo, de ese vacío, que
sólo ella era capaz de llenar por completo.
Siempre había tenido miedo a saltar, a
separar sus pies del suelo y dejarse llevar por la gravedad.
Pero ya
era tarde, su sensibilidad la había atrapado por completo de una
forma incontrolable y las leyes que desde siempre habían gobernado
su existencia ahora eran recurridas por esa anarquía que le hacía
rozar la locura.
Estaba completamente perdida. Perdida
entre las líneas de sus manos, entre cada rincón de su esencia, de
ésa que sólo ella le dejaba entrever cuando sus ojos tornaban a un
color miel con la luz del alba.
Ya era una adicción. Ya no se escondía
entre las sombras de sus resplandores, ni se atrincheraba en cada una
de sus huellas esperando a que pasara el huracán de su presencia.
Por primera vez, quería volar.
Bon voyage!
miércoles, 5 de marzo de 2014
Dentro de ti
Y te acurrucas en el fondo de mis caderas, vas sintiendo el calor de mis manos sudorosas en tu cuerpo. Recorro tu anatomía, me deslizo por cada uno de sus salientes, de una forma casi imperceptible.
Has apagado con tu incendio los restos de mi innata bipolaridad y ya no quedan resquicios de esas dudas que anoche atormentaban cada rincón de mi cerebro. Ahora están cubiertas por cenizas.
Sé que te queman tanto como a mí, se han clavado en lo mas hondo de tu mirada y tus ojos arden sólo con tocarte.
Acorralada entre las sábanas, confiesas que has cosido cada uno de tus lunares a los míos. Me has enredado entre los hilos de tu soledad y has tirado mi racionalidad al fondo del fuego.
He perdido los papeles intentando no quemarme. He soplado hasta quedarme sin el aire que me dabas, pero ya era tarde. El fuego imparable había arrasado cada milímetro de mi cama. De ti. De mí.
Bon voyage!

Sé que te queman tanto como a mí, se han clavado en lo mas hondo de tu mirada y tus ojos arden sólo con tocarte.
Acorralada entre las sábanas, confiesas que has cosido cada uno de tus lunares a los míos. Me has enredado entre los hilos de tu soledad y has tirado mi racionalidad al fondo del fuego.
He perdido los papeles intentando no quemarme. He soplado hasta quedarme sin el aire que me dabas, pero ya era tarde. El fuego imparable había arrasado cada milímetro de mi cama. De ti. De mí.
Bon voyage!
lunes, 2 de diciembre de 2013
Delirium
Me encuentro en tierra de nadie, sin saber hacia qué lado moverme, hacia qué lado remar. Intento buscar tu perfume mientras me pierdo entre las hojas de este otoño. Entre los tonos anaranjados de tu piel y los suspiros del aire que respiras.

Se unen sigilosamente para deformar mi razón, para desdibujar las líneas de tu cuerpo y nublar mis sentidos cubriéndolos de ese delirio imperceptible que siempre está conmigo.
Y miro hacia atrás y soy consciente de que hasta mis sentidos se
han visto afectados por tu ausencia, porque lo cierto es que no soy
capaz de diferenciar el sabor de las fresas que nos comíamos del
rastro que dejaban tus labios en los míos cada mañana al despertar.
Vas marcando mi presente con tus huellas. Lo llenas lentamente con el tacto de tus manos mientras espero el desgarro de tus labios en mi boca. Mas me has llenado de tus oscuros sinsentidos y creo que estoy empezando a enloquecer, porque siento resbalar gotas de agua por mi piel y me hundo entre los charcos, pero dudo.
Dudo de si llueve o sólo es esa maldita niebla que me acompaña allá
a donde voy.
Bon voyage!
sábado, 1 de junio de 2013
Ardiendo
Una vez más ese fuego
dentro de mí. De pronto mi sangre se ha convertido en gasolina y sólo
quiero hacerme estallar por los aires. Otra vez mi mirada se ha
posado sobre la tuya y, como si mi cuerpo fuese demasiado inflamable
para soportarlo, el humo ya comienza a asomarse por los talones.

Puedo salir corriendo y mantenerme a salvo o acercarme a ti y dejar que todo arda hasta que sólo queden las cenizas de aquello que un día fue. Salvarse y vivir muriendo o acercarse unos metros más y morir llena de vida. Complicado.
Mientras tus ojos siguen
clavados en los míos y no puedo pensar con claridad. En este preciso
instante, no. Mis pies han comenzado a moverse y la decisión ya
está tomada. Ya sólo puedo sentir cómo el calor va subiendo por mi
cuerpo.
No hay marcha atrás.
Bon voyage!
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