sábado, 24 de noviembre de 2012

Sin límites

A menudo perseguir lo que deseas, significa renunciar a lo que sabes que es correcto. Pero... ¿Y qué importa? ¿Acaso siempre hacemos lo correcto, acaso no podemos violar las normas?

Lo cierto es que la vida es demasiado corta como para renunciar a oportunidades y si realmente algo o alguien es tan increíble, tan rompedor, como para hacernos perder los papeles, por qué no vamos a ir a por ello. ¿Porque simplemente no es lo correcto?

Y yo me pregunto: ¿Qué significa lo correcto? ¿Hacer siempre lo que deberíamos sin saltarnos de los patrones previamente establecidos por la sociedad? ¿Por qué no damos ese salto y cruzamos definitivamente la línea? De hecho, yo ya no veo ni siquiera esa línea, sus límites están tan difuminados que no puedo llegar a vislumbrarlos.

Al fin y al cabo, ¿Qué es lo que preferimos? ¿Guiarnos por emociones, impulsos o intuiciones, o por "hacer lo correcto"? Personalmente, considero que ese "hacer lo correcto" es demasiado fácil. Perderse es lo complicado. Dejarse llevar por lo incierto es lo que más miedo nos produce.

Y el miedo es justo lo que tenemos que afrontar.


Bon voyage!

lunes, 3 de septiembre de 2012

Futuros amaneceres

Tengo una hoja en blanco esperando frente a mí. Es curioso, porque últimamente lo veo todo negro. Me gustaría poder plasmar sobre el papel todo lo que he vivido en este último año, convertir el pasado en una mera historia de ficción.

Mas no es así y lo cierto es que, aparte de perderme, he estado a punto de perderte. Y sí, es esto último lo que más miedo me ha dado porque yo puedo encontrarme infinitas veces, pero no creo que pueda encontrar a alguien como tú. Tan simple y tan completa.

Está claro que todo esto me ha venido muy grande. Tú misma me has venido gigante. Pero me niego a no amoldarme a ti. Prefiero crecer hasta llegar a tu altura, a asomarme por tus pupilas y mirarme de frente.

Porque si hay unos ojos que quiero que me miren, prefiero que sean los tuyos y, puestos a pedir, elijo que lo hagan cada mañana, cada vez que despertemos juntas.


...Prefiero esta vez encontrarte inundando mis ojos, esperando a que pase, a que caigamos otra vez...




Bon voyage!

domingo, 15 de abril de 2012

Confianza

Yo era una persona normal, "feliz" si queremos llamarlo así... Lo cierto es que estaba orgullosa de mi personalidad, precisamente porque era consciente de mis virtudes, pero también de mis muchos defectos.

Porque me intentaba superar cada día, ser mejor y perfeccionarme a mí misma; a pesar de que también pensaba que las imperfecciones hacen únicas a las personas. Porque no, no existen dos individuos iguales. Y todo era un reto para mí, la vida misma lo era.

No obstante, llega un momento en que todo cambia, bien sea por circunstancias internas o externas, o por quizá una mezcla de ambas, las cosas ya no son iguales y toca actuar. Es necesario pensar con claridad y saber qué ficha moverás a continuación.

Mas, sobre todo, es necesario darte una tregua y perdonarte por todos los errores que sientes haber cometido, es imprescindible volver a recuperar la confianza en ti mismo y recordar que lo único que tienes en la mano es el presente, y solamente con él, podrás avanzar hacia el futuro.

Una vez leí que el pasado nos encadena, el futuro nos tortura y mientras el presente se nos escapa de las manos. Últimamente he sentido tanto en mis carnes esa frase que me he olvidado por completo de quién era.

Y no hay nada peor que vivir en una persona que no sientes la tuya.




...Cuando crezcas, descubrirás que ya defendiste mentiras, te engañaste a ti mismo o sufriste por tonterías. Si eres un buen guerrero, no te culparás por ello, pero tampoco dejarás que tus errores se repitan...

Pablo Neruda




Bon voyage!

domingo, 4 de marzo de 2012

Tu mirada me hace grande

Todos tenemos una sombra tras nuestras espaldas, un segundo “yo” que nos acecha cada noche. A mí me ataca cada vez que intento cerrar los ojos y no pensar en nada, cada vez que intento superarlo de nuevo.
Punto y aparte.

Hoy algo ha cambiado. Durante diez segundos he conseguido volver a recordar esa garra que llevaba dentro, ese espejismo de la felicidad que me sostenía en pie cada día. Y, sin miedo, he cogido un pincel y todos los colores que el aire hacía tropezar con mi cara y me he sentado frente a una pared en blanco. Mis ojos se han cerrado, y sin pensar, mi mano ha comenzado salvajemente a recorrerla, a posarse descontroladamente sobre cada uno de sus rincones.

Tirada en el suelo he perdido la noción del tiempo, de mí misma incluso, y al despertar mareada por el olor a pintura, sólo podía ver tu rostro mirándome fijamente.



Bon voyage!