domingo, 4 de marzo de 2012

Tu mirada me hace grande

Todos tenemos una sombra tras nuestras espaldas, un segundo “yo” que nos acecha cada noche. A mí me ataca cada vez que intento cerrar los ojos y no pensar en nada, cada vez que intento superarlo de nuevo.
Punto y aparte.

Hoy algo ha cambiado. Durante diez segundos he conseguido volver a recordar esa garra que llevaba dentro, ese espejismo de la felicidad que me sostenía en pie cada día. Y, sin miedo, he cogido un pincel y todos los colores que el aire hacía tropezar con mi cara y me he sentado frente a una pared en blanco. Mis ojos se han cerrado, y sin pensar, mi mano ha comenzado salvajemente a recorrerla, a posarse descontroladamente sobre cada uno de sus rincones.

Tirada en el suelo he perdido la noción del tiempo, de mí misma incluso, y al despertar mareada por el olor a pintura, sólo podía ver tu rostro mirándome fijamente.



Bon voyage!

2 comentarios:

  1. Porque a veces el recuerdo nos conduce a dolor, debemos ir más allá de esos recuerdos y quedarnos con la esencia, esa que nos ayudara a recorrer nuestro camino hacia la felicidad...

    besos y animo!!!

    ResponderEliminar
  2. muy bonito, la fuerza del amor quizás sea, a veces, hasta mas fuerte que uno mismo.

    ResponderEliminar