Ahora que no estás

Ya no tiene sentido despertarme a las dos de la mañana para girarme y ver que sigues ahí, para asegurarme de que las ventanas están cerradas a cal y canto y no entra ni un mísero soplo de aire capaz de perturbar tu sueño, de mover tus pestañas y hacerlas volar.

Ya no tiene sentido rezar a genios desconocidos que sean capaces de describir con un solo verso tu sonrisa, que puedan nublar tu razón y hacer que vuelvas a mi lado.

Ya no tiene sentido descifrar tus medidas, recorrer tu cuerpo y sentarme en cada esquina para analizar la siguiente curva, para respirar tu olor hasta intoxicarme por completo de ti.

Sé que carece de sentido, mas lo sigo haciendo. Sigo creyendo en cada sinsentido que emana de esta pluma, sigo creyendo en cada locura que brota de esa caja de sorpresas cerrada en que me he convertido.

Porque, ahora que no estás, no consigo encontrar la clave para abrirla.

Bon voyage!