viernes, 30 de diciembre de 2011

Punto y final

Otra vez estamos tú y yo. Frente a frente sosteniéndonos la mirada.

Sé con certeza que eres el único que me va a acompañar toda la vida, dudo de si existirá alguien más, ojalá sea así. Sé también que convivirás con la parte más profunda de mi ser, que no dudarás en desgarrarla y hacerla añicos si te lo permito.

Porque tú, sólo tú, has podido atraparme, estrellarme contra la pared como un cuerpo sin vida y arrodillarme frente a ti. No has tenido ningún tipo de piedad a la hora de meterte en mi cabeza y apoderarte de cada pensamiento que existía dentro de ella.

Has aparecido, de repente, con tu sucio juego y no has dudado a la hora de imponer tus reglas en lo que hasta ese momento había sido mi territorio. Has levantado uno a uno todos tus muros, encerrándome en mí misma e impidiéndome ver más allá de tu propia existencia.

Lo cierto es que me has convertido en tu marioneta, me has enredado entre mis propios hilos haciéndome tropezar una y otra vez. He dudado de quién soy y me he convertido en mi peor enemiga y, precisamente esto último, no te lo perdono. No te lo puedo permitir. Se acabó.


Bon voyage!

2 comentarios:

  1. No permitas que nadie te quites las alas... animo!!!

    besos

    ResponderEliminar
  2. Si permites que te opaquen ya no hay vuelta atras... Aun estas a tiempo animo!

    ResponderEliminar