Hoy desperté de un sueño profundo, y es cierto, nada encaja. La justicia no existe, y yo no puedo dejar de pensar en recurrir ante el Tribunal Constitucional tu sonrisa y cada curva de tu cuerpo.
Porque tu destino debería ser mi derecho fundamental. Porque es un delito poder respirar cada día y no compartir mi aire contigo. Porque las palabras bailan entre mis dedos cuando deberías ser tú quien me las susurrara al oído...
Porque digo tantas tonterías cuando no hay estrellas en el cielo...
Bon voyage!
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